La esferográfica, conocida también como birome, bolígrafo o lapicera, es un utensilio para escribir que se compone de una mina con una pequeña bola, generalmente hecha de acero o wolframio.
Esta bola, al girar sobre el papel, libera la tinta contenida en el cartucho de manera controlada, similar a cómo funciona un desodorante de bola. Los bolígrafos se clasifican según el grosor de su punto: fino, mediano o diamante.
Este instrumento es esencialmente un cilindro, fabricado en plástico, metal o una combinación de ambos, que alberga la tinta. En un extremo se encuentra la punta escritora, que integra la esfera que da nombre al bolígrafo, regulando el flujo de tinta al papel de forma uniforme.
El cilindro o “cartucho” de tinta se sitúa dentro de una carcasa diseñada para un agarre cómodo.
Esta carcasa puede dividirse en dos secciones (base y tapa) o ser de una sola pieza, incluyendo mecanismos que exponen o esconden la punta para protegerla y prevenir manchas al llevarlo en el bolsillo.
Su fabricación masiva ha reducido considerablemente el costo, convirtiéndolo en el instrumento preferido para la escritura manual.
Los bolígrafos se patentaron y produjeron en Europa durante las décadas de 1910 y 1920, pero no fue hasta 1935 cuando su venta se generalizó en dicho continente.
El diseño del bolígrafo BIC Cristal se ha mantenido sin cambios durante 68 años: tapa azul y cuerpo transparente hexagonal que permite visualizar el nivel de tinta, con un orificio en el centro para equilibrar la presión interna y externa del bolígrafo.
